El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del desarrollo que se manifiesta a partir de los 3 años de edad. La mayoría de los niños autistas tienen el mismo aspecto que los demás niños, pero actúan y reaccionan de forma diferente a los demás. El objetivo de nuestra organización es ayudar a estos niños, estén donde estén, y aliviar su vida cotidiana mediante el juego y programas especiales.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), basándose en una investigación realizada en 2021 entre los niños de EE.UU., la prevalencia general del TEA era de 1 de cada 44 niños de 8 años, y el TEA era 4,2 veces más frecuente entre los niños que entre las niñas.
El TEA afecta a niños de todas las razas, grupos étnicos y ubicaciones geográficas del mundo. Esto pone de manifiesto la importancia de ofrecer programas de rehabilitación pertinentes a estos niños y sus familias. Nuestra organización se fundó precisamente para esta causa.
El autismo es un trastorno, y se presenta en muchas formas y niveles de gravedad. Puede ser leve en un niño y grave en otro. En cualquier caso, no es una enfermedad para la que debamos encontrar una cura. Más bien, es una condición con la que las familias y sus hijos tienen que aprender a vivir de forma dialéctica. Con los mecanismos de afrontamiento y los cuidados adecuados, vemos un cambio significativo a mejor.
Nada más lejos de la realidad. Las vacunas administradas de forma rotunda -las aprobadas por la FDA- ayudan al organismo a crear inmunidad contra enfermedades y visiones conocidas. NO provocan el autismo. Las verdaderas causas del autismo siguen siendo desconocidas. Las investigaciones apuntan a varios factores que pueden aumentar la probabilidad de tener un hijo con TEA, como los biológicos, los ambientales y los genéticos, entre otros.
Sencillamente, no. Los niños y adultos con TEA pueden vivir su vida dentro de la sociedad, igual que nosotros. Con los cuidados adecuados y un tratamiento de rehabilitación, el TEA puede ser un trastorno que se puede padecer y seguir llevando una vida con rutinas funcionales.
Aunque los niños con TEA grave pueden mostrar signos de agresividad, el programa adecuado y los cuidados diarios pueden ayudar a minimizar este comportamiento. Por eso es importante que los niños con TEA que muestren signos de agresividad estén en un entorno afectivo que comprenda y satisfaga sus necesidades.
Considere la posibilidad de contribuir con lo poco o mucho que pueda. Cada dólar donado se destina a mantener vivos nuestros programas -y los esfuerzos de rehabilitación de TEA-.